MINISTERIO TEOLÓGICO PARA AYUDAR A LOS PASTORES Y LÍDERES DE LA IGLESIA, PARA QUE PUEDAN PREPARAR EL CAMINO DEL SEÑOR AL VER LAS SEÑALES CUMPLIDAS
¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?
Por causa de su pecado, el rey Uzías de Judá quedó con lepra (una enfermedad muy contagiosa y mortal); por lo cual, tuvo que dejar el palacio y vivir el resto de sus días encerrado en una casa. Esto dio origen a una crisis nacional en todo el reino. Frente a esta situación, el Señor le dio a Isaías (siglo VIII a.C.) una visión celestial, y lo envió con un ministerio profético específico.
En la actualidad, por causa del pecado ha venido una enfermedad muy contagiosa y mortal; por lo cual, estamos encerrados en nuestras casas. Esto dio comienzo a una gran crisis internacional. Para solucionar esta situación el Señor está llamando al ministerio a muchos hombres y mujeres, en todas las naciones, a quienes dotará con dones proféticos y de milagros (Hch 3:21), y los enviará a todas las naciones.
Después de esta crisis mundial que estamos viviendo, vendrá el gran derramamiento del Espíritu Santo (Hch 2:17-18).(1) (2) (3) (4) Por eso, en estos días, el Señor está convocando a miles de creyentes en Jesucristo para formar parte del Ejército de Dios, el ejército que irá por todo el mundo (Mt 24:14), luchando en contra de las fuerzas de las tinieblas (Ef 6:12), en la última y gran batalla espiritual; y levantando la gran cosecha de millones de personas que se entregarán a Jesucristo (Stg 5:7), antes del arrebatamiento de la iglesia (1 Ts 4:15-17). (5)
TEXTO BÍBLICO
- “1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
- 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
- 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
- 4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
- 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
- 6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;
- 7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
- 8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. ” (Is 6:1-8).
FIN DEL REINADO DE UZÍAS
Uzías (en hebreo: “Uzziyâh[û”, Yahweh es mi fortaleza, mi fuerza), reinó en Judá (c. 791-739 a.C.). También fue llamado Ozías y Azarías (“עֲזַרְיָה’, Azaryāh”; 2 R 15:1). Gobernó durante 52 años (2 Cr 26:3-4). En general su reinado fue muy bueno, aunque toleró la adoración a otros dioses (2 R 15:4). Pero cometió el terrible error de querer ofrecer incienso en el templo, sin ser sacerdote. Los sacerdotes le dijeron que no hiciera esto, porque eso estaba en contra de la ley de Dios. Pero Uzías, en vez de escucharles, se enfureció contra ellos y siguió adelante, rebelándose contra Dios. Entonces, por su orgullo, Dios lo hirió con lepra. Luego de esto, vivió aislado hasta el día de su muerte (2 Cr 26:16-21). En su reemplazo gobernó su hijo Jotam (c. 739-735 a.C.) como corregente (2 R 15:5).
DEPENDER DE DIOS
Mientras Uzías se sintió débil buscó a Dios, dependió de él; y el Señor le prosperó.
- “Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó” (2 Cr 26:5).
Pero cuando Uzías se sintió fuerte se llenó de orgullo, dejó de depender de Dios, se rebeló contra él, y el Señor lo hirió con lepra.
- “Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso… la lepra le brotó en la frente” (2 Cr 26:16, 19).
Dios le había dado a Uzías la unción de rey, y mientras actuó así, fue bendecido grandemente. Pero, él quiso actuar, además, como sacerdote, sin serlo. Al hacer esto cometió un gran pecado y por esta razón fue castigado por Dios.
Aquí hay dos enseñanzas muy importantes para muchos evangelistas y pastores:
- 1) Muchos grandes líderes caen por causa del orgullo, al ver los éxitos que tienen gracias a la unción que Dios les dio. Este fue el pecado que hizo caer a Satanás.
- 2) Teniendo en cuenta que, algunos hombres y mujeres de Dios predican muy bien, por esta razón son invitados por dirigentes políticos para ocupar cargos públicos, sin haber sido ungidos por Dios para eso, y fracasan. Recuerda: ¡Tú eres embajador del Rey de reyes y Señor de señores! ¡No te rebajes a ser un gobernante de este mundo! ¡No cambies tu ministerio!
LA VISIÓN DE JESUCRISTO EN GLORIA
- “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo” (6:1).
1. CRISIS
De acuerdo con el Targum los rabinos entienden que, el año de la muerte de Uzías, mencionada en este texto, se refiere al año de la “muerte civil” de Uzías; es decir, el año cuando Uzías dejó de reinar por causa de la lepra.
Pero, ¿por qué Isaías destaca que esta visión la recibió en el año en que murió Uzías? Isaías destaca esto porque, el hecho de saber que Uzías había dejado de reinar hizo que Isaías temiera en el peor futuro para su nación. Por ejemplo, temió que el país volvería a la idolatría; lo cual, efectivamente ocurrió.
Mientras reinaba Uzías, el país gozaba de estabilidad, paz y prosperidad. Pero, de pronto, de un día para otro, el pueblo se enteró de que el rey que les había llevado a la victoria había “muerto”; es decir, no reinaba más.
El pecado y la lepra dieron comienzo a una época de crisis en Judá. Del mismo modo, en nuestros días, por causa del pecado vino la peste, y junto con ella, la crisis mundial.
2. VISIÓN CELESTIAL
En medio de esa confusión, Dios le dio una visión a Isaías, revelándole que el verdadero Rey de Judá, Jehová, el Señor, no había muerto, sino que seguía estando en el trono celestial.
Muchas veces a nosotros nos pasa lo mismo: muere nuestro “rey”, aquel en quien confiábamos, y entramos en una época de crisis, de vacío, de desánimo. Pero esta situación debe servir para llegar a conocer y depender de nuestro verdadero Rey: Jesucristo, aquel que ha venido a darnos vida en abundancia (Jn 10:10).
Isaías vio que las faldas del Señor llenaban el templo; es decir Isaías vio que los bordes del manto de Jesucristo ocupaban un gran espacio, tal como se vestían en esa época los reyes orientales.
3. LAS CRISIS Y LA GLORIA
En medio de las crisis el Señor da visiones a la iglesia, para que busquemos que la gloria de Dios se manifieste (haciendo milagros, sanando, liberando, etc.).
Frente a la muerte de Lázaro Jesús dijo: “si crees verás la gloria de Dios” (Jn 11:40). ¡Si tenemos fe en Dios, él mostrará su gloria en las crisis. ¿Cuál es tu crisis? ¿Enfermedad, falta de trabajo, sufrimientos, miedos, dolores, etc.? ¡Hay esperanza para tu problema!
En medio de nuestros sufrimientos tenemos que buscar al Señor para salir de esas situaciones.
¡Busca que Dios manifieste su gloria en medio de tu problema!
4. “VI YO AL SEÑOR”
Primeramente Isaías dijo: “vi yo al Señor” (6:1); y más adelante aclara a quien vio: “han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” (6:5).
- Señor en hebreo es: “אֲדֹנָי”.Pronunciación: “‘ăḏōnāy”. Strong’s H136. Significado: Señor, Dios. Título reverente dado por los israelitas en lugar de YHWH (el Tetragrámaton, el nombre de Dios).
- Rey en hebreo es: “מֶלֶךְ”.Pronunciación: “meleḵ”. Strong’s H4428.
- Jehová en hebreo es: “יְהֹוָה”.Pronunciación: “Yᵊhōvâ”. Strong’s H3068. Significado: Jehová, Señor, Dios, “el existente”.
Pero, ¿a quién vio Isaías?
- a. ¿Vio a Dios Padre? No, porque Jesús dijo: “A Dios nadie le vio jamás” (Jn 1:18).
- b. Juan dijo que Isaías vio a Jesucristo. “Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él” (Jn 12:41). Entonces, cuando Isaías vio a Jehová, vio a Jesucristo, el Mesías.
- c. En el Antiguo Testamento se habla de Jehová y Jehová
- En Génesis se nos revela que: “Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos” (Gn 19:24).
- Además, Jehová dice que fue enviado por Jehová (Is 48:16).
- Jesucristo reinaba antes de nacer en Belén
- “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miq 5:2).
ARDIENDO CON EL FUEGO DE DIOS
- “Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban” (6:2).
Los serafines son ángeles. Con este nombre son mencionados solamente en este lugar de la Biblia.
- Serafines en hebreo es: “שָׂרָף”.Pronunciación: “śārāp̄”. Strong’s H831. Significado: “los ardientes”, “los que arden”, o “seres como de fuego”.
Notemos que los serafines son seres que “arden”. ¿Por qué arden? Los serafines arden porque están cerca del Señor, cuya apariencia es como de fuego.
- “Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor” (Ez 1:26-27).
Así como los serafines arden por estar cerca del Señor, los “seres vivientes”, que también están cerca del Señor “arden”.
- “Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos” (Ez 1:13).
Esto nos revela que, para arder con el fuego de Dios tenemos que acercarnos al Señor. ¡Aleluya!
TODA LA TIERRA ESTÁ LLENA DE SU GLORIA
- “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria” (6:3).
1. ADORACIÓN
- “Y el uno al otro daba voces”.
Isaías vio que los serafines adoraban al Señor, y escuchó que el uno al otro se edificaban mutuamente proclamando la gloria del Señor; y que, como consecuencia de esto, la casa, el templo celestial se llenó del humo de la gloria de Dios. Es decir hubo una manifestación de la gloria de Dios.
Esto nos revela que, para que la casa, la iglesia, se llene de la gloria de Dios tenemos que adorar al Señor, y al mismo tiempo decirnos, el uno al otro, la grandeza del Señor. Por eso el apóstol Pablo dijo:
- “Sed llenos del Espíritu” [¿Cómo?] “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Ef 5:18-20).
2. SANTO, SANTO, SANTO
- Santo en hebreo es: “קָדוֹשׁ”.Pronunciación: “qāḏôš”. Strong’s H6918. Significado: Separado, alejado, del pecado, de lo impuro.
Si Dios es santo, entonces, él está separado totalmente de la creación.
La expresión “Santo, santo, santo” ha sido vista, en la historia de la iglesia, como que está relacionada con la doctrina de la Trinidad.
Esta adoración aparece dos veces en la Biblia:
- En Is 6:3 son los serafines los que proclaman esta verdad; y
- En Ap 4:8 son los seres vivientes los que anuncian esta gloriosa verdad.
Pero, si “santo” quiere decir “separado”, ¿por qué se repite tres veces la palabra santo; ya que, la cantidad de separación es la misma con una sola separación, o con tres separaciones? La repetición de esta palabra no está relacionada con la cantidad de separaciones, sino que está relacionada con cantidad de Personas. Es decir, la expresión “Santo, santo, santo” nos revela que, hay tres Personas que son santas: o sea, la Trinidad divina.
3. LA GORIA DE DIOS
Isaías escuchódecir a los serafines: “toda la tierra está llena de su gloria”.
- a. ¿Qué es la gloria de Dios? La gloria de Dios es la manifestación que Dios hace de Sí mismo.
Toda la tierra está llena de la gloria, de la belleza, de la hermosura, de la perfección de Dios. Por ejemplo, solo Dios pudo haber hecho seres tan pequeños que no se pueden ver a simple vista. Además es asombroso ver que, hay, tanto un macro universo (formado por galaxias, estrellas, etc.), como un micro universo (formado por átomos, electrones, etc.).
- b. Ejemplos de la manifestación de la gloria de Dios:
- En forma material:
- En el Antiguo Testamento: Las plagas que azotaron Egipto; la apertura del Mar Rojo, la caída de los muros de Jericó, etc.
- En el Nuevo Testamento: La resurrección de Lázaro; la transformación del agua en vino, etc.
- En forma espiritual: Una visitación de Dios, un mover del Espíritu Santo, un tiempo de refrigerio espiritual, una renovación espiritual.
- En forma material:
4. CONTRASTE
Por medio de esta visión, Dios le presentó a Isaías un contraste muy grande entre Uzías y el Señor.
UZÍAS | EL SEÑOR | |
Rey | Uzías, el rey de Judá, murió. | Jesucristo reina eternamente sobre el universo. |
Casa | Por causa de la lepra, Uzías tuvo que vivir encerrado en una casa aislada. | Jesucristo vive en su casa celestial. |
Pecado | Por su pecado, Uzías quedó con lepra. | Jesucristo es santo, separado de todo pecado. |
Trono | Uzías dejó de estar en el trono. | Jesucristo está sentado en un trono alto y sublime. |
Ejército | Uzías dejó de ser el jefe del ejército de Judá. | Jesucristo es el jefe del ejército celestial. |
Tierra | La tierra quedó en crisis. | La tierra está llena de su gloria. |
LA ADORACIÓN LLENÓ DE GLORIA LA CASA
- “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo” (6:3-4).
1. GLORIFICAR A DIOS
Cuando los serafines, los seres de fuego, adoraron al Señor, la casa se llenó del humo de la gloria de Dios, y los postes de las puertas temblaron. Es decir, la adoración llevó a la manifestación de la gloria de Dios.
Esto nos revela que, para que la casa, la iglesia, se llene de la gloria de Dios necesitamos que, hombres y mujeres llenos del fuego del Espíritu Santo den gloria a Dios, recordando que la Biblia dice:
- “Poned gloria en su alabanza” (Sal 66:2).
2. LA CASA SE LLENÓ DE HUMO
Lo mismo ocurrió:
- En el tabernáculo de Moisés“Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba” (Ex 40:34-35).
- En el templo de Salomón
- “cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre; entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios” (2 Cr 5:13-14).
- En el templo de Salomón
PERDÓN
- “Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” (6:5).
1. CONVICCIÓN DE PECADO
Al ver la santidad del Señor, Isaías vio que sus labios eran inmundos; es decir, se dio cuenta que en él había pecados.
Del mismo modo, cuando estamos frente a la luz de la Palabra de Dios vemos nuestros pecados.
Pero, ¿por qué Dios le reveló específicamente a Isaías que sus labios eran inmundos? Dios le reveló esto porque quería santificar los labios de Isaías para que él pudiera proclamar el mensaje de Dios a los hombres. Si nuestros labios no están santificados no tenemos autoridad para mencionar el Nombre del Señor.
Cuando Isaías escuchó a los serafines decir: “Santo, santo, santo”, se dio cuenta que él no podía decir lo mismo que ellos, no podía unirse a su adoración, porque sus labios eran impuros. Él vio que los serafines hablaban así porque sus vidas eran santas, pero él no vivía en santidad.
Hasta ese momento, el problema de Isaías era la crisis de la nación, pero ahora él se da cuenta que el verdadero problema era el problema moral, el problema del pecado.
Notemos que, para convencer de pecado a Isaías, los serafines podrían haberle dicho: ¡Has pecado con tus labios!; pero ellos hicieron esto. Sencillamente ellos proclamaron la santidad de Dios, y esto convenció a Isaías que era un pecador. Esto nos muestra que, en vez de condenar a las personas, diciéndoles que son pecadores, tenemos que proclamar la gloria de Jesucristo.
2. MUERTO
Isaías creyó que iba a morir por haber visto al Señor, sabiendo que Dios había dicho si alguno le veía moriría (Ex 33:20). Pero Isaías no murió porque no vio a Dios Padre, sino que vio a Jesucristo.
Isaías se sintió como un hombre muerto.
- Muerto en hebreo es: “דָּמָה”.Pronunciación: “dāmâ”. Strong’s H1820. Significado: Muerto, deshecho, destruido.
Isaías no murió por haber visto al Señor, pero murió, años después, por haber dicho que había visto al Señor. En efecto, la tradición talmúdica dice que, una de las razones por las que el rey Manasés ordenó matarlo (c. 695 a.C.) fue porque Isaías había dicho que había visto al Señor. Ellos no sabían de la existencia de la Trinidad. Creían que Isaías decía que había visto a Dios Padre, siendo que él había visto a Jesucristo.
3. CONFESIÓN
Luego de reconocer que era un pecador, Isaías confesó su pecado, diciendo que sus labios, y los de su pueblo, eran inmundos. Cuando confesamos ante Dios que somos pecadores, entonces, Dios interviene para limpiarnos de todo pecado, por más grave que haya sido. Si no le confesamos a Dios nuestros pecados, Dios no puede perdonarnos.
4. PURIFICACIÓN
- “Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado” (6:6-7).
Los serafines, los “seres como de fuego”, están relacionados con el fuego. Por eso, en este caso, uno de los serafines toma un carbón encendido del altar para purificar los labrios de Isaías y limpiarlo de todo pecado.
El altar representa la obra de Jesucristo en la cruz; y el carbón encendido aplicado en los labios de Isaías para limpiar sus pecados, representa la sangre de Jesucristo que nos limpia de nuestros pecados.
La Biblia revela que Jesucristo hizo la obra de la redención, muriendo en la cruz para perdonarnos, que resucitó para darnos vida eterna, y que su sangre nos limpia de todo pecado, si nos arrepentimos y creemos en Jesucristo, obedeciéndole como nuestro Rey.
La solución del problema de Isaías, y la solución de la crisis de su nación estaba en el arrepentimiento y el perdón de los pecados.
LLAMADO Y COMISIÓN DIVINA
- “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” (6:8).
1. LA TRINIDAD
Luego de ser purificado Isaías escuchó una conversación entre las tres personas de la Trinidad.
El Señor, el Rey de todo el Universo preguntó quién iba a ir como representante de ellos. En vez de preguntar, el Señor podría haber ordenado a sus ángeles o a algún ser humano a ir, Pero él preguntó porque él quiere voluntarios que quieran ser enviados, que reciban la comisión divina.
El Señor dijo: “¿A quién enviaré,(singular) y quién irá por nosotros(plural)?” Observemos que, es la misma Persona hablando, tanto en singular como en plural. Esto revela que, no solo habla el Rey, sino que habla la Trinidad en unidad; es decir, habla Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Para tener más seguridad de que el Señor habla en nombre de la Trinidad pensemos en lo siguiente: ¿Quiénes pueden ser “nosotros”? ¿Son las tres Personas de la Trinidad, o es el Señor y los ángeles? El “nosotros” se corresponde con la Trinidad, ya que, los ángeles no tienen conocimiento de la obra de la redención. Por eso, ellos anhelan mirar en estas cosas, para tener conocimiento de todo esto (1 P 1:2).
Una prueba más de que aquí habla la Trinidad es que, en Is 6:10
- el que habla es el Señor, el Rey; pero
- el apóstol Pablo dijo que el que habló fue el Espíritu Santo (Hch 28:25-27).
Quiere decir que, el que estaba haciendo el llamado era ¡la Trinidad! Lo mismo ocurre con nosotros: Cuando sentimos el llamado de Dios, ¡es la Trinidad quien nos está llamando!
2. CONSAGRACIÓN
- “Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí” (6:8).
¿Quiénes están capacitados para ser enviados, para ser representantes de Dios? Así como ocurrió con Isaías, están capacitados para ir los que habiendo tenido una revelación de Jesucristo, y habiendo escuchado su voz, se han arrepentido de sus pecados. Si esto no ha sucedido, no tendrás un mensaje de esperanza para dar a los necesitados, ya que, no podrás decir que Dios nos santifica si tú nos has sido santificado.
Primero Isaías se sentía indigno, ya que sus labios eran inmundos. Pero ahora, habiendo sido purificado se siente con dignidad como para ser un representante de Dios.
Hay dos llamados y dos respuestas posibles:
- Si Dios nos purifica con su fuego, y nos llama, dependeremos de él para nuestros recursos, y con el correr del tiempo el deseo de servirle crecerá cada vez más. Pero,
- si respondemos al llamado de los hombres (por ejemplo, para trabajar en la obra misionera), de ellos dependeremos para nuestros recursos, y el deseo de servir a Dios irá disminuyendo con el tiempo.
Lo notable es ver que, Isaías aceptó inmediatamente ser enviado por el Señor; ya que, por lo general, los que han estado en la Presencia del Señor quieren quedarse a vivir por siempre con el Señor, y no ministrar en este mundo.
3. MENSAJEROS DIVINOS
- “Y dijo: Anda, y di a este pueblo…” (6:9).
El Señor comisionó a Isaías con un mensaje y un destino muy específico: advertir al pueblo sobre los juicios inminentes.
- a. “Comisión”. Para solucionar la crisis que estaban viviendo en esa época, y para evitar crisis mayores, Dios levantó a Isaías con un gran mensaje profético.
Del mismo modo, en la actualidad necesitamos que Dios levante hombres y mujeres con un mensaje profético actual, ya que estamos viviendo en el tiempo de mayor maldad de la historia de la humanidad; y que, en general, como iglesia, no sabemos cuáles son los próximos pasos a dar.
Aclaremos que, antes de recibir esta nueva comisión divina, Isaías ya era profeta; pero, al surgir la crisis, Dios lo levantó para que, como representante del Señor, diera una respuesta a la nueva situación creada.
- b. “Mensaje”. Notemos que el Señor le dijo: “di”.
Esto es muy importante. Como representantes del Señor tenemos que escucharle y decir al pueblo lo que el Señor quiere que digamos. Esto implica que tenemos que aprender a escuchar al Señor.
- c. “A este pueblo”. Jesucristo le dio a Isaías la comisión de ir a proclamar la verdad a su pueblo.
Cuando se predica este mensaje: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?” Por lo general se entiende que el llamado de Dios es para ir a otras naciones. Pero, no siempre esto es así. Por ejemplo, en este caso el llamado del Señor era para ir a predicar a su propio pueblo, al pueblo en donde Isaías vivía.
Del mismo modo, el Señor está llamando hoy para ir a ministrar a los que nos rodean. Por eso, Jesús dijo que los discípulos tenían que ser testigos primeramente en el lugar en donde ellos vivían, en Jerusalén.
- “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hch 1.8).
A Isaías el Señor lo comisionó con un ministerio profético. Pero este no es el único ministerio. Dios puede llamarte a ocupar un lugar en otros ministerios, como por ejemplo: maestro, evangelista, pastor, músico, etc.
La experiencia que tuvo Isaías es un cuadro de la vida cristiana: primero el Señor nos purifica, y luego nos invita a ser sus colaboradores en la extensión de su reino. Él nos invita, porque respeta nuestra voluntad.
LA ADORACIÓN MANIFESTARÁ LA GLORIA DE DIOS
Veamos ahora algunas enseñanzas. Volviendo al problema del principio: Al morir el rey Uzías, comenzó un tiempo de crisis en todo el reino de Judá. Para solucionar este problema, Dios le dio una visión a Isaías, revelándole que:
- En los cielos el Rey está sentado en el trono. Él no está preocupado, caminando de aquí para allá, sin saber qué hacer; ya que, todo está bajo su control.
- En la tierra, su gloria lo llena todo; aunque no haya una manifestación de esa gloria.
Pero, ¿cómo hacer para que la gloria de Dios se manifieste en la tierra en esta situación de crisis? De esta forma:
- Así como, cuando los ángeles adoran al Señor su gloria se manifiesta en los cielos;
- del mismo modo, si nosotros adoramos al Señor su gloria se manifestará en la tierra; y como consecuencia de esto:
- Dios pondrá convicción de pecado en las personas,
- los creyentes consagrarán sus vidas al Señor, y
- serán enviados por Dios como sus representantes.
Esto nos revela que, en medio de esta crisis que nosotros estamos viviendo, al adorar al Señor,
- Dios manifestará su gloria, derramando su Santo Espíritu sobre toda carne, sobre todos los seres humanos (Hch 2:17-18); comenzando así un gran avivamiento mundial.
- El Señor levantará nuevos ministerios ungidos.
- Las puertas se abrirán y saldremos a dar el mensaje del Señor a las naciones,
LLAMADO DE LA ÚLTIMA HORA
En estos días, en esta última hora de la historia, en esta hora “undécima” (de acuerdo con Mt 20:6-7), el Señor está llamando a muchísimos hermanos al ministerio:
- Para reemplazar a la cantidad innumerable de pastores que han muerto a consecuencia de la peste.
- Para trabajar como líderes en las iglesias en las casas, ya que muchos templos han sido cerrados.
- Para ir como evangelistas a distintas partes del mundo, ya que, en estos días el evangelio será predicado en todas las naciones, antes del fin y del arrebatamiento de la iglesia.
- Para trabajar en muchísimos otros ministerios.
Pero, ¿cómo vamos a lograr que los hermanos consagren sus vidas al servicio de Dios? ¿Les damos muy buenos mensajes, para motivarlos, mostrándoles las necesidades que hay en la obra del Señor? ¡No! Isaías consagró su vida al tener una visión celestial. Por eso, pidamos a Dios:
- que él dé a nuestros hermanos una visión de la gloria del Señor; y
- que él ponga en sus corazones el deseo de entregar sus vidas para hacer la voluntad del Señor.
Dile al Señor: “¡Heme aquí, envíame a mí”
FIN
Mi compromiso